Campos problémicos en los que se dará la discusión
Latinoamérica y el Caribe es un continente con una distribución desigual de la riqueza; presenta los mayores indicadores de desigualdad en relación con los otros continentes. Las y los jóvenes latinoamericanos y caribeños, se encuentran entre los grupos poblacionales con mayor porcentaje de precariedad laboral, bajos ingresos y sin acceso a beneficios sociales; en el caso de las infancias los indicadores de pobreza y vulnerabilidad social llaman a la reflexión.
La pandemia del Covid19 intensificó la desigualdad social, se plantea debatir las políticas públicas juveniles las cuales no han logrado atender articuladamente la problemática social juvenil, con el diseño y la implementación de respuestas integrales posibilitando la participación de las y los jóvenes. Ante lo cual, se interroga sobre el papel de las políticas públicas en el proceso social de desigualdad con sesgo generacional en un contexto de lógicas tradicionales que ya no responden a los principales desafíos del siglo XXI.
Preguntas orientadoras al interior de la mesa
* ¿Cómo han sido los procesos de diseño, implementación y evaluación pre y post pandemia de las políticas públicas en relación con la disminución de las desigualdades?
* ¿Cuál es la vinculación entre la producción científica académica sobre las desigualdades con la formulación de las políticas públicas de la región?
* ¿Cómo se han potenciado las perspectivas generacionales, territoriales e interseccionales en los procesos de diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas?
* ¿De qué manera las políticas públicas orientadas a la disminución de las desigualdades reconocen las diversidades?
* ¿Cuáles son las percepciones de las niñeces y juventudes latinoamericanas y caribeñas sobre estas políticas?
* ¿De qué manera participan las niñeces y juventudes de la región en los procesos de formulación, implementación y evaluación de políticas públicas? ¿Cuáles son los principales retos y buenas prácticas de las políticas públicas que las niñeces y juventudes sean protagonistas?
Objetivos
Objetivo general:
Reflexionar con y para niñas, niños y jóvenes, acerca de la contribución de las políticas públicas en la sostenibilidad, mantenimiento y superación de las desigualdades generacionales y multidimensionales que atraviesan las niñeces y juventudes en Latinoamérica y el Caribe; prepandemia y postpandemia, para el diálogo de alternativas que apuntan a transformaciones.
Objetivos específicos:
* Conocer desde una perspectiva teórico-metodológica y práctica el proceso de diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas en niñeces y juventudes desarrolladas en la región, pre y postpandemia.
* Analizar críticamente las desigualdades persistentes (pre pandemia) y las desigualdades emergentes (postpandemia) que atraviesan las niñeces y juventudes, y el aporte de políticas públicas intersectoriales y multidimensionales.
* Contextualizar la participación de las niñeces y juventudes de la región Latinoamericana y Caribeña en la formulación de políticas públicas.
Pertinencia y justificación
La pregunta por la efectividad de las políticas de infancia y juventudes latinoamericanas y caribeñas para abordar las desigualdades generacionales e interseccionales, se enmarca en un contexto de inequidad persistente, donde la región es una de las más desiguales del mundo, sobre todo para las infancias y juventudes. Las y los jóvenes se encuentran entre los grupos poblacionales con mayor porcentaje de precariedad laboral, bajos ingresos y falta de acceso a beneficios sociales; en el caso de las infancias los indicadores de pobreza y vulneración de sus derechos son dramáticos, sobre todo si analizamos la situación causada por la pandemia.
Pese a los avances en la reducción de la pobreza, antes de la pandemia el 47% de la población infantil entre 0 a 14 años se encontraba viviendo en situación de pobreza (UNICEF, 2020). Se estimaba que la pobreza multidimensional afectaba alrededor del 41% de los niños, niñas y adolescentes, y que alrededor del 17% se encontraba en una situación de privación extrema. Respecto a la educación, si bien había habido avances importantes con prácticamente nueve de cada diez niñas y niños de cinco años matriculados en la educación preescolar, quienes provenían de hogares más ricos tenían 2,5 veces más posibilidades de asistir a programas de educación preescolar que aquellos procedentes de hogares más pobres (UNICEF, 2016). Asimismo, el acceso a los derechos presenta brechas territoriales, reconociéndose que las privaciones se han concentrado con especial dureza en las niñeces indígenas y de zonas rurales (CEPAL/UNICEF, 2012).
Con la pandemia, la pobreza y la pobreza extrema tuvieron un aumento generalizado, alcanzando 33% y 13,2% de la población respectivamente (CEPAL, 2022). En el caso de la niñez y adolescencia, un 51,3% de niños, niñas y adolescentes se encontraban en situación de pobreza en 2020 (CEPAL, 2022). Por otra parte, las clases presenciales quedaron suspendidas para el 95% de matriculados (UNICEF, 2020); considerando que más de la mitad de los hogares en veinte países de la región no tiene acceso a internet, computadores, o teléfonos inteligentes (BID, 2020), ello ha ocasionado pérdida de oportunidades de aprendizajes y el aumento del riesgo de abandono escolar. Se suma el deterioro de la salud mental y el bienestar integral de las infancias y juventudes, toda vez que en la escuela también se protegen otros derechos fundamentales como la alimentación, la salud y la recreación (CEPAL, 2022). Por otra parte, los impactos de la pandemia sobre el mercado laboral han sido diferenciales de acuerdo con los distintos grupos de la población, como lo es en el caso de las mujeres, juventudes y trabajadores informales y de bajos ingresos (CEPAL, 2021).
Así, los impactos en materia educativa, precariedad laboral y pobreza se han profundizado lo que ha implicado el aumento de las desigualdades inter e intra-generaciones. Ello implica volver a mirar críticamente las políticas públicas y sus herramientas aplicadas.