Campos problémicos en los que se dará la discusión
Las diferentes experiencias y realidades en las que se desarrollan las infancias en Latinoamérica y el Caribe, obligan al campo intelectual, las instituciones del Estado y a la sociedad, a reflexionar críticamente sobre las condiciones, estructuras y escenarios donde se construyen las infancias; el objetivo de esta mesa es generar una discusión desde los lugares de enunciación de las infancias y las adolescencias, el Estado y la sociedad en general, respecto a las violencias y las diferentes desigualdades sociales, como problemáticas que afectan de forma directa e indirecta las dinámicas de desarrollo humano, la garantía de derechos y la participación ciudadana de los niños, niñas y adolescentes. Con ello, construir debates críticos que promuevan diferentes alternativas de comprensión y análisis frente a las problemáticas sociales que aquejan a la infancia y la adolescencia.
Comprender las problemáticas a las que se enfrentan, implica un ejercicio de análisis de las estructuras políticas, económicas, culturales y sociales en las que habitan las poblaciones más vulnerables del continente americano; este análisis debe tomar en cuenta las estructuras a las que se encuentran sujetos los niños, niñas y adolescentes, analizar las condiciones de violencias, exclusión y pobreza que hacen parte de una dinámica construida y perpetuada por el capitalismo global, la cual ha organizado al mundo productivo en torno a la producción de capital; esto ha atenuado las condiciones de desigualdad a las que se enfrentan los países subalternos dentro de las cadenas de producción, no solo en términos de competitividad en el mercado global, también, a nivel social, económico y cultural.
En esa vía, algunas de las dificultades que se han identificado en el contexto Latinoamericano respecto a las infancias que habitan en barrios periféricos y contextos vulnerables, tienen que ver con la falta de corresponsabilidad del Estado y la sociedad frente a la identificación de necesidades que presentan las comunidades más pobres tales como: la falta de oportunidades y de acceso a servicios básicos de salud, educación y cultura, lo cual acentúa los niveles de pobreza y exclusión social.
Según la UNICEF, les niñes más pequeños son vulnerables al riesgo de las violencias que se generan en sus propios contextos por parte de sus cuidadores y por algunos miembros de la familia. La violencia es un fenómeno social que puede generarse cuando los niños y niñas sean sometidos a “acciones u omisiones por adultos cercanos o instituciones, que afectan a su desarrollo físico, psíquico, afectivo y/o social, con o sin lesiones evidentes, pero percibidas por el adulto que las inflige como dañinas o perjudiciales para el niño” (Álvarez et al, como se citó en Montenegro p. 68). En ese sentido, los niños expuestos a las violencias, evidencian bajos niveles de desarrollo socioemocional y “son más propensos a mostrar comportamientos violentos hacia otros niños y adultos” (UNICEF, 2017). Lo que implica que las violencias se pueden presentar desde el hogar y convertirse en un patrón de conducta repetitivo.
De acuerdo a la Convención sobre los Derechos del Niño (CND, 1989), en el Artículo 2 se establece que los Estados partes deberán tomar “medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares” (CND, 1989). Y en el Artículo 3 se afirma que es necesario “asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas” (CND, 1989). De tal manera que la protección contra las distintas formas de violencias y desigualdades sociales en la infancia es una responsabilidad de la familia, del Estado y de las instituciones que debe promover el bienestar integral.
Las violencias y las desigualdades contra los niños constituyen “una violación de los derechos humanos y un problema de salud global... La protección contra las violencias se sustenta en el marco multidimensional de la pobreza” (UNICEF, 2022). Eso quiere decir que violencias y pobreza son problemáticas que están directamente relacionadas. Ahora bien, según la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS), se señala que la disciplina violenta “se produce a gran escala en toda la región y en todos los estratos sociales, incluso contra niños menores de 1 año” (MICS, 2017).
En América Latina y el Caribe se estima que al final de la pandemia del COVID-19, el 42% de los niños, niñas y adolescentes se encuentran en condición de pobreza multidimensional (UNICEF 2021); asimismo, se estima que “dos de cada tres niñas y niños de entre 2 y 4 años experimentan regularmente algún tipo de disciplina violenta (agresión psicológica o castigos corporales) en el hogar” (UNICEF, 2022). Pareciera que las violencias y la desigualdad son un proceso culturalmente heredado y que hace parte de las prácticas de crianza de muchas familias latinoamericanas. Sumado a ello, los niños que han sido cuidados de manera inadecuada durante sus primeros años de vida, posiblemente tuvieron madres y padres que a su vez fueron abandonados, es decir, que recibieron algún tipo de violencias en su vida, lo cual implica que los niños maltratados, pueden presentar dificultades de comportamiento en su interacción social. Las violencias y las desigualdades en la infancia generan “el incremento en patrones negativos del comportamiento incluyendo
la deserción escolar, el abuso de estupefacientes, la depresión, el suicidio, la futura victimización o su vinculación con las violencias y la delincuencia” (UNICEF, 2022). A esto se suma la falta de acceso a oportunidades, educación de calidad, servicios de salud óptimos, alimentación y nutrición adecuada, una cadena de cuidados y cuidadores capacitados que aporten a un adecuado desarrollo humano integral.
A pesar de estas realidades de la infancia, las comunidades latinoamericanas son gestoras de diversos movimientos sociales y políticos, que permiten construir dinámicas, prácticas y discursos de resistencia frente al avance del neoliberalismo; reconociendo que los esfuerzos del Estado y la sociedad son insuficientes a pesar de algunos avances en materia de políticas. Sin embargo, es necesaria la consolidación de redes de cuidado y protección de las infancias y con ello, establecer nuevas lecturas de las dinámicas sociales, permitiendo así que se logre transformar hasta cierto punto, las realidades de las infancias y de las comunidades en sí mismas.
Algunas de las alternativas que se pueden implementar en diálogo internacional frente al tema de la violencias tienen que ver con la integración de las políticas de protección infantil, la formación permanente de los gestores educativos y sociales, la creación de diferentes programas que promuevan la atención integral de la infancia, siendo este un primer escalón para abordar una mirada de desarrollo integral en contraposición con todas las formas de violencias hacia los niños y niñas de todas las regiones de América latina y el Caribe.
Preguntas orientadoras al interior de la mesa
* ¿Cuáles son las iniciativas, los proyectos investigativos y las propuestas que analizan las violencias y las desigualdades sociales de las infancias y las adolescencias, en el contexto Latinoamericano y el Caribe?
* ¿Qué impactos y alcances han tenido los programas sociales contra las violencias en la infancia y la adolescencia a nivel institucional, comunitario y familiar en sus contextos?
* ¿Qué experiencias de trabajo se han implementado en sus territorios para garantizar la protección de las infancias y las adolescencias, frente a las violencias y la desigualdad social?
* ¿A qué conclusiones se puede llegar con los trabajos investigativos y de intervención social, realizados en los diferentes contextos de pobreza y violencias de las infancias y las adolescencias latinoamericanas?
Objetivos
Objetivo General:
Comprender las experiencias investigativas entorno a las violencias y las desigualdades sociales en las infancias y adolescencias de América Latina y el Caribe, mediante estrategias que propendan por la protección integral en estas poblaciones.
Objetivos específicos:
* Identificar los impactos y alcances han tenido los programas sociales contra las violencias en la infancia y la adolescencia a nivel institucional, comunitario y familiar en sus contextos.
* Analizar las experiencias de trabajo se han implementado en sus territorios para garantizar la protección de las infancias y las adolescencias, frente a las violencias y las desigualdades sociales.
* Intercambiar experiencias entorno a las violencias y las desigualdades de las infancias y las adolescencias Latinoamericanas y del Caribe, mediante un dialogo de saberes interdisciplinares.
Pertinencia y justificación
La presente mesa surge de la importancia de establecer un dialogo transdisciplinar en América Latina y el Caribe entorno al fenómeno de las violencias en las infancias y adolescencias, a partir del análisis comparativo de investigaciones realizadas en las diferentes regiones latinoamericanas, para la cual se abordarán las problemáticas y posibles propuestas de solución desde una mirada social, comunitaria, cultural y educativa. De esta manera, se busca ampliar la comprensión de las realidades que viven actualmente muchos niños, niñas y adolescentes en condición de pobreza y vulneración de sus derechos fundamentales. Además, la mesa que proponemos, parte de la necesidad de establecer un diálogo de saberes frente a las violencias infantil, de manera que se identifiquen estrategias de intervención y líneas de acción para la concreción de políticas de protección infantil y de atención integral.
En la preocupación por garantizar para nuestros niños, niñas y adolescentes, lo establecido en la Declaración de los Derechos Humanos proclamados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1948, a nivel mundial, se promueve la protección integral como estrategia transformadora de sociedades orientadas al mejoramiento de las situaciones de pobreza, hambre, injusticia entre otras,
garantizando ambientes sanos y pertinentes desde una mirada intercultural en donde todos participan; sin embargo es necesario reflexionar cómo se dan estas estrategias de intervención social en LATINOMERICA.
Asimismo, con la mesa se propone una reflexión crítica frente a las acciones locales, nacionales y globales para el desarrollo sostenible desde la Agenda Global 2030 firmada por 193 países, la cual desde sus 17 objetivos, busca erradicar la pobreza, a partir del lema: “no dejar a nadie atrás”. Para ello, es oportuno abordar los avances investigativos que se relacionan con la Reducción de las desigualdades (Agenda Global 2030, objetivo 10), en donde se establecen estrategias y acciones frente a las desigualdades, sociales, políticas y económicas que aquejan a las poblaciones más vulnerables de los diferentes territorios de América Latina y el Caribe.
De acuerdo con lo anterior, es pertinente vincular las investigaciones que incluyan análisis sobre las políticas educativas, sociales y económicas en contraste con la realidad de las poblaciones más pobres de nuestras regiones, socializando el panorama en el que se encuentran las infancias y las adolescencias, así como sus narrativas y experiencias, además de la reflexión sobre las acciones concretas que permiten restablecer sus derechos y promover su bienestar hacia una mejor calidad de vida.
En Colombia, el Departamento Nacional de Planeación regula el cumplimento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible mediante el Plan de Desarrollo Nacional, buscando alinearlos con las necesidades sociales. Lo que se busca, es disminuir la brecha de pobreza a través de estrategias como, por ejemplo: Jóvenes en acción, Campo con progreso, Institucionalidad incluyente y Generación E, entre otros. Programas que tienen un sentido de transformación social y que promueven la participación ciudadana.
La importancia de esta mesa, radica en el intercambio de experiencias y producciones investigativas que logren identificar los impactos y alcances de los programas sociales contra las violencias que sufren los niños, niñas y adolescentes de manera sistémica en sus contextos, pero también es relevante porque se propone realizar un análisis de las propuestas de trabajo que se han adelantado en los diversos territorios latinoamericanos y que se orientan a la protección y prevención de las violencias y las desigualdades sociales.
Ahora bien, en cuanto a la epistemología que sustenta la presente mesa, se toma como referente a Boaventura de Sousa Santos (2011), uno de los más importantes formuladores teóricos de las Epistemologías del Sur; afirma que este conjunto de epistemologías se caracterizan por reclamar, reconstruir, formular y legitimar nuevas alternativas de pensamiento que ayuden a entender diferentes tipos de conocimientos, occidentales y no occidentales, para reflexionar creativamente sobre la realidad, en función de ofrecer un diagnóstico crítico de ésta, a partir del pensamiento y saberes generado por los grupos oprimidos o marginados, que sufren las consecuencias de la desigualdad global.
Sumado a ello, De Sousa Santos (2011) enfatiza en la importancia de dialogar, argumentar y contraargumentar con otras epistemologías (incluyendo la occidental), para demostrar que la transformación del mundo es posible a través de vías alternas al pensamiento occidental, en beneficio de consolidar una sociedad más justa y libre. Precisamente, es aquí donde el autor brinda relevancia al rol de los conocimientos-otros, esto es, los conocimientos no occidentales, en la configuración de las Epistemologías del Sur, asignándoles una función práctica y social más allá de la esfera académica, en tanto pensamiento crítico que es capaz de imaginar otras formas de sociedad, partiendo de las reflexiones que se hacen sobre el contexto sociopolítico actual.
En este sentido, se hace necesario replantear las perspectivas epistémicas sobre las cuales se ha construido la sociedad moderna, el papel de los pueblos y comunidades históricamente excluidas y/o subordinadas, permitiendo el rescate de saberes, prácticas, costumbres, tradiciones y conocimientos ancestrales que estas han construido desde mucho antes de la llegada de occidente a América, África y Asia, reconociendo a estos continentes como el “sur global”; concepto que se relaciona profundamente con las formas en las que occidente ha organizado al mundo y a sus habitantes dentro de las cadenas de producción global que alimentan al capitalismo.
De igual forma, las Epistemologías del Sur, destacan la importancia de rescatar esos saberes y conocimientos invisibles, que habitan las “fronteras” y construir una ecología de saberes que permitan una comunicación horizontal entre las diferentes epistemes y comprensiones que habitan el mundo. Partiendo por el reconocimiento de las particularidades, las necesidades y características propias de los contextos y poblaciones que habitan estos sures globales, es necesario acoger nuevas formas de relacionarnos con el mundo y rescatarlo del destino inexorable al que parece tenerlo condenado el avance del capitalismo global.
Es por ello, que este intercambio epistémico, debe propender por la construcción de modos de vida alternativos al mercado, debe permitir la emergencia de nuevos discursos provenientes de otros sectores más allá de los políticos tradicionales o los academicistas, y comulgar con otras cosmogonías y cosmovisiones diferentes que puedan influir en la transformación profunda de la sociedad global, permitiendo la consolidación de procesos de emancipación de esas culturas hegemónicas consagradas al consumo excesivo e ilimitado de los recursos y la producción en masa de bienes y servicios que enajenan el pensamiento humano, perspectiva profundamente eurocéntrica sobre el papel de la naturaleza en la sociedad humana.
Para lograrlo, se precisa de un ser humano que habite en armonía con su entorno y que la ciencia sea una herramienta para el desarrollo, la sostenibilidad y el cuidado del entorno; por tal razón es de vital importancia traer a la agenda de este evento latinoamericano y de esta mesa de discusión, una perspectiva decolonial, con el fin de realizar aportes significativos desde esos saberes y conocimientos situados, locales, emergentes de las entrañas de la América Latina invisible y/o excluida, en la voz de académicos, intelectuales e investigadores, comprometidos con la transformación social y la superación de las violencias y la desigualdad social de las infancias y adolescencias en nuestro continente.