Campos problémicos en los que se dará la discusión
Socializar políticamente a los jóvenes es una responsabilidad que la universidad deliberada o espontáneamente realiza. Cuando lo hace deliberadamente, el seguimiento y evaluación de sus experiencias, institucionales y… o de aula, hace aflorar preocupaciones por campos como el de los valores políticos, la concepción praxeológica, el concepto de aula como micro-polis, el concepto mismo de “polis iusta”, el agenciamiento de la participación política no formal y la emergencia de las diversidades identitarias. Campos similares son susceptibles de examinarse cuando la socialización política no es deliberada, lo cual conduce al examen de los imaginarios políticos que sustentan la experiencia educativa de jóvenes y docentes, así como la institucionalización de políticas públicas (nacionales o locales) cuya finalidad sea la profundización de la democracia.
Preguntas orientadoras al interior de la mesa
* ¿Cuáles son los valores políticos que están a la base de la formación política democrática de la universidad?
* ¿Qué experiencias se han observado y… o evaluado con respecto de la formación política democrática?
* ¿Qué imaginarios políticos están a la base de docentes y estudiantes con respecto al rol de la universidad en formación política democrática de los jóvenes?
* ¿Cuáles son los referentes teóricos con base en los cuales se le da sentido a las prácticas de formación política de los jóvenes universitarios?
Objetivos
* Promover el diálogo académico sobre el papel de la universidad en la formación política democrática de los jóvenes.
* Ampliar las redes de relación de los académicos orientadas a la promoción y afinamiento de experiencias de formación política de jóvenes universitarios.
* Actualizar la discusión académica acerca de los fundamentos axiológicos de la democracia política en un contexto de emergencia de nuevas identidades juveniles y de nuevas realidades sociales.
Pertinencia y justificación
El mar de cuestionamientos acerca de la pertinencia y solidez de la relación Universidad-sociedad, no ha sido un obstáculo para la permanencia de la oferta educativa ni para la disminución de la demanda social de programas de formación técnica y profesional por parte de los jóvenes recién egresados de la educación media.
Al menos en el nivel pregrado (aunque en algunos casos también a nivel de programas de postgrado) los estudiantes ingresan a la universidades en condición de jóvenes que forman parte de conglomerados sociales urgidos de valores democráticos, respecto a lo cual las universidades, a través de sus mecanismos de transmisión y difusión del conocimiento científico, la cultura y las artes, pueden incidir en la formación de una ética ciudadana en los universitarios que potencialice una sociedad más democrática.
Lo anterior convierte en espuria la dicotomía “formación profesional-formación política”, porque el ejercicio de las profesiones no puede hacerse al margen de la relación individuo-comunidad-sociedad, es decir, al margen de la polis entendida en su connotación clásica. Todo lo contrario, la formación profesional es una estrategia social de agenciamiento de la convivencia social, en la cual la esfera ético-política es omni-abarcadora.
Se hace necesario, entonces, promover espacios de discusión sobre el papel de la universidad en la orientación de los jóvenes en el compromiso cívico que se refleje al participar más intensamente en la vida pública, entendiendo que problemas como la violencia, la discriminación, la inequidad, el narcotráfico, la corrupción, la debilidad de las instituciones políticas, la emergencia de identidades y la participación política no formal, entre otros, son resultado de que cada día adquiera mayor fuerza, la apatía, el individualismo, la intolerancia y el no reconocimiento del otro, aspectos relacionados con la ausencia o debilidad de una formación sólida en valores democráticos que se orienten a la creación de hábitos acordes con aquellos.