Campos problémicos en los que se dará la discusión
La mesa Inclusión y diversidad en la Educación Superior busca conocer las diversas experiencias, construcción de conocimiento, los procesos, las necesidades, los sistemas, las rutas, las atenciones relacionadas y los resultados de investigación en el contexto de la diversidad, las cuales se trabajan al interior de las Universidades sobre la educación inclusiva. Esto, considerando que la Universidad, lejos de buscar la homogeneización, su papel fundamental es ser escenario de diálogo y de concertación o de oposición. De este modo, proponemos los siguientes campos problemáticos para este espacio:
* El papel de la educación superior en la comprensión de los conflictos y sus consecuencias.
* La educación superior como garante de derechos para las personas en situación de vulnerabilidad.
* Prácticas y experiencias para la educación superior inclusiva y diversa.
Preguntas orientadoras al interior de la mesa
* Desde la experiencia institucional ¿Cuáles han sido los principales recursos que han favorecido los procesos de inclusión?
* ¿Cuáles han sido los mayores desafíos relacionados con los espacios de inclusión en Educación Superior?
* Describa brevemente cuáles son los recursos enfocados en inclusión que han presentado mayor eficacia en el abordaje de la diversidad en los contextos de aula.
Objetivos
* Reconocer las prácticas significativas de carácter inclusivo en Educación Superior.
* Sensibilizar acerca de las implicaciones y retos que trae consigo la inclusión para la educación.
* Debatir acerca de las estrategias de intervención enfocadas en la potencialización de factores involucrados en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Pertinencia y justificación
Al hablar de educación es importante reconocer que el papel de esta en el marco histórico ha permitido evidenciar que es considerada como un factor determinante para mejoramiento de las condiciones y la calidad de vida de las personas en diversos contextos, es por ello que se debe proporcionar las condiciones para que todos los ciudadanos puedan acceder a los diversos niveles de formación para la adquisición de conocimientos, valores y el desarrollo de habilidades que permitan alcanzar mejores niveles de bienestar y de crecimiento tanto económico como personal, logrando así disminuir las desigualdades económicas y sociales y ampliando las oportunidades laborales en los colectivos y las comunidades lo cual es indispensable para impulsar el desarrollo social de las naciones.
En consonancia con la importancia de la educación para los diversos colectivos en Colombia se ha planteado desde hace varios años la necesidad de fortalecer los procesos educativos desde una mirada incluyente, dicha necesidad ha surgido a partir de los planteamientos internacionales con lo cual se apunta a la posibilidad de mejorar la calidad de la educación Colombiana; en este sentido se reconoce que la educación inclusiva se debe enmarcar en el reconocimiento de la diversidad, siendo esta una característica innata del ser humano que hace, como lo afirma Blanco, que sus diferencias sean “consustanciales” a su naturaleza. Es decir que, al ser todas y todos diversos, el valor de la diversidad debe ser resignificado de tal forma que su uso no genere una “patologización” de las diferencias humanas a través de clasificaciones subjetivas entre lo que se considera “normal” y “anormal”. Sin embargo, es clave precisar que esta definición debe rescatar la riqueza propia de la identidad y particularidades de aquellos estudiantes que, por razones de orden social, económico, político, cultural, lingüístico, físico y geográfico requieren especial protección”. (Ministerio de Educación Nacional – MEN, 2013, p. 23); esto por ende hace necesario plantear la diversidad como como un valor significativo en el contexto
educativo, ya que está matizada por diferentes formas de ser, pensar, actuar en estrecha relación con la cultura y el medio en el que se enmarca el acto educativo y en el que interactúan los educandos.
A partir de lo expuesto en el párrafo anterior, se ha evidenciado la necesidad de fortalecer la educación inclusiva desde múltiples miradas pedagógicas y sociales, es decir desde un enfoque interdisciplinario; en este sentido las dificultades han estado centradas en aquellas barreras que se presentan a nivel actitudinal debido al desconocimiento de la diversidad presente en las aulas de clase; esto ha llevado a las comunidades educativas a repensarse la educación y transformar el pensamiento del directivo y del docente en aras de la innovación para poder cumplir con los requerimientos de las políticas educativas, encaminadas a proyectar instituciones para todos y todas; esto a su vez se ha transformado en un reto que conlleva a una lectura de contexto permanente que permita identificar aquellas barreras que pueden ser excluyentes para el acceso y permanencia y de esta manera poder generar los ajustes razonables necesarios en términos de infraestructura, didáctica, recursos y metodologías flexibles, que posibiliten el desarrollo de una educación inclusiva con calidad y pertinente los estudiantes.
Es así que la Educación Inclusiva se plantea como una estrategia central para la inclusión social, trascendiendo la dicotomía de lo tradicional asociado al concepto de exclusión, permitiendo pensarse en un modelo educativo más abierto y generoso, reconociendo que la diversidad, no solo es una característica inherente al ser humano sino a la vida. Con esta apuesta, que se blinda desde el Ministerio de Educación Nacional (MEN), se propone avanzar en el cierre de brechas de inequidad, mediante el pleno ejercicio de derechos y el acceso a las oportunidades a través de medidas estructurales que contribuyan a la consolidación de una Educación Inclusiva.
Coherente con lo anterior, las necesidades educativas derivan de las transformaciones sociales que ocurren dentro de un contexto determinado, esto condiciona el planteamiento de nuevas estrategias para dar soluciones oportunas y eficaces que no desentonen con las características de la realidad. La educación como proceso transformador se viene adaptando a estos cambios sociales generando un continuo desarrollo. Una de las necesidades más apremiantes en los últimos tiempos es la superación de los paradigmas que sustentan las teorías del aprendizaje con su filosofía escolástica como plataforma principal de la educación que, por años, se ha mantenido inmutable evadiendo toda transformación. Esta hegemonía viene perdiendo fuerza ante el incremento discursivo de los procesos de inclusión y de flexibilidad curricular. La inclusión es definida como el conjunto de “acciones e intervenciones que promueven el acceso a derechos y espacios en igualdad de condición” (Ceballos-Mercado & Acosta-Marroquín, 2016, p. 2 ), por tanto, permite la participación de toda la sociedad sobre las transformaciones del país.
El impacto de las políticas de educación inclusiva en materia de derechos se ha visto convocada a promover flexibilizaciones curriculares con la implementación del DUA, para garantizar el acceso al conocimiento de todos los estudiantes, de tal manera que se dé respuesta a las nuevas demandas sociales. Al respecto, Brunner (1990), Mollis (2006) y Gómez-Campo (2007) manifiestan que las transformaciones en educación superior a nivel latinoamericano, han pasado por una serie de evoluciones que van desde los planteamientos escolásticos sometidos al clero, hasta nuevos ideales que, a través de la adopción de modelos alternativos de desarrollo, generan tránsitos hacia nuevas identidades. Sin embargo, es importante reconocer que las universidades colombianas no han escapado al enfoque mercantilista que ha invadido y trastocando su función primordial formativa, para dar paso a una finalidad demarcada por la productividad. Esta intención ha provocado el declive del saber en términos filosóficos, técnicos y científicos, para otorgar privilegios al saber financiero y al cultivo de las élites, como fuente de promoción de la desigualdad y la inequidad en el acceso a las oportunidades laborales y educativas de la población con discapacidad.
En este sentido, la necesidad de reformas educativas en Colombia ha respondido, según Bocanegra-Acosta (2011) y Flórez-López (2016), al rezago del país frente a las necesidades de desarrollo social e intelectual. Los modelos planteados para suplir las debilidades referidas a la calidad educativa han generado cambios que resultan insuficientes en términos de calidad, cobertura y oportunidad. Los mayores avances se han visto en la implementación de nuevas políticas educativas como derecho fundamental. Dentro de la legislación expedida, se subraya la inclusión de toda la población en los contextos educativos. Este tránsito de la vulnerabilidad al reconocimiento de derechos, es examinado por importantes autores como Arizabaleta- Domínguez y Ochoa-Cubillos (2016), quienes ubican la educación inclusiva en el marco de una gestión transformadora que se adapta a las diferentes limitaciones del ser humano, es decir, este tipo de educación requiere de la gestión, transformación y adaptación de las Instrucciones Educativas a las diferentes diversidades del estudiantado, con el fin de “diseñar procesos de formación inclusivos en los programas académicos, y que estos propendan por la formación de los maestros inclusivos; generar procesos de investigación frente al tema de educación inclusiva y calidad educativa con enfoque inclusivo” (p 42).
La inclusión educativa no puede seguir limitándose conceptualmente a discapacidades de tipo físico, cognitivo, psicosocial y sensorial, debe ser percibida en todas sus dimensiones y tomada como excusa para generar posibilidades de crecimiento de las Instituciones de Educación Superior, de tal forma que puedan consolidar unas acciones que eliminen contenidos memorísticos y se ocupen del desarrollo de procesos de pensamiento y de diseños universales, para que el aprendizaje no sea privilegio de unos pocos. De esta manera, los contextos universitarios se convertirán en semilleros multiculturales que ennoblecen la sociedad diversa.
En los últimos 5 años las publicaciones científicas sobre educación inclusiva en las universidades colombianas han sido escasas. Solo dos publicaciones en Colombia: en 2019 por Mejía Zapata, S. I. (2019). Diversidad funcional e inclusión en Instituciones de Educación Superior (IES) en Medellín. Interdisciplinaria: Revista de Psicología y Ciencias Afines, 36(2), 151–164. https://doiorg.consultaremota.upb.edu.co:8443/10.16888/interd.2019.36.2.10 y en 2018 por
Velandia, S., Castillo, M., & Ramírez, M. (2018). Acceso a la educación superior para personas con discapacidad en Cali, Colombia: paradigmas de pobreza y retos de inclusión. Lecturas de Economía, 89, 69–101.https://doi.org/10.17533/udea.le.n89a03
En el caso del contexto latinoamericano, existe una mayor amplitud de investigaciones científicas entre 2016 y 2021, en total seis publicaciones, siendo significativamente mayor la producción en el último año. Se publica por PazMaldonado, E. (2020). Inclusión Educativa Del Alumnado en Situación De
Discapacidad en La Educación Superior: Una Revisión Sistemática. Teoría de La Educación. Revista Interuniversitaria, 32(1), 123–146. https://doiorg.consultaremota.upb.edu.co:8443/10.14201/teri.20266
En el caso de Brasil, se publica por Rangel, M. (2020). Políticas de acción afirmativa para la inclusión de personas afrodescendientes e indígenas en la educación superior brasileña. y por Antunes, K. C., & Caon Amorim, C. (2020). Os Desafios Da Docência No Ensino Superior Frente a Inclusão De Pessoas Com Deficiência Nas
Universidades. Revista Ibero-Americana de Estudos Em Educação, 15, 1465–1481. https://doi.org/10.21723/riaee.v15iesp2.13800. En Ecuador se publica por Baquero Piloso, O. X., & Gayrey Atiencia, O. (2020). Adaptaciones curriculares para la inclusión de estudiantes con capacidades diferentes en la educación superior en Ecuador. Revista de Investigación, 44(100), 213–225. y por Delgado Demera, M. H.,Veliz Briones, V. F., Cedeño Palacios, C. A., & Alpízar Muni, J. L. (2019). Inclusión Social en La Educación Superior Ecuatoriana. Avances Y Desafíos en La Universidad
Técnica De Manabí. Revista Didasc@lia: Didáctica y Educación, 10(1), 77–89. En el caso de Chile publica Tenorio Eitel, S., & José Ramírez-Burgos, M. (2016). Experiencia de inclusión en educación superior de estudiantes en situación de discapacidad sensorial. Educación y Educadores, 19(1), 9–28.
https://doi.org/10.5294/edu.2016.19.1.1
En Europa se efectúan dos publicaciones. Una por García Estupiñán, S. B., Castro Chávez, N. C., Baquero Piloso, O. X., & Gayrey Atiencia, O. (2020). Adaptaciones curriculares para la inclusión de estudiantes con capacidades diferentes en la educación superior en Ecuador. Revista de Investigación, 44(100), 213–225.Y otra en portugues por de Moraes Costa, J. M., & Zancanaro Pieczkowsk, T. M. (2019).
Percepção dos gestores sobre a inclusão de estudantes com deficiência na educação superior. (Portuguese). Perspectiva, 37(4), 982–1000.
Las 10 publicaciones de los últimos 5 años evidencian un vacío investigativo sobre la inclusión en la educación superior, por lo cual la presente investigación no sólo resulta pertinente sino también necesaria para garantizar una educación universitaria equitativa y competente. La creación de la mesa Inclusión y Diversidad en la Educación Superior generará conocimiento, seguimiento y estrategias para la educación inclusiva, permitirá hacer frente a las desigualdades e inequidades en la educación fortaleciendo el compromiso social de las universidades. La mesa permitirá el análisis de las condiciones y necesidades socio educativas que implica la inclusión y buscará ser un espacio de articulación de acciones entre la educación básica, la educación superior y las organizaciones públicas y privadas que busquen promover la educación inclusiva.
Para efectos de esta propuesta y partiendo del reconocimiento de la diversidad en el marco de la educación inclusiva, se evidencia la necesidad de visibilizar los procesos que se deben implementar para fortalecer y garantizar el acceso y permanencia de la población con discapacidad a la oferta educativa en las Instituciones de Educación Superior; a través de la consolidación de la mesa Inclusión y diversidad en la Educación Superior . Esto debe permitir la consolidación de estrategias de trabajo, experiencias significativas y redes focalizadas en la población diversa y vulnerable, en consonancia con la legislación vigente y la Política Pública en temas de población diversa de Colombia, lo cual se debe reflejar en la ampliación de la oferta de ciudad con programas permanentes y pertinentes que posibiliten la inclusión educativa, familiar, laboral y social.